Pasamos de un estado a otro, como el día y la noche, así tal cual ha cambiado la tecnología con la que hemos iluminado nuestras ciudades durante todos estos años… pero, después de todo ¿lo hicimos bien?
El uso del entorno público en horas nocturnas se limita a que exista o no luz, la claridad con la que vemos nuestro entorno nos da la idea de que ahí sucede algo, o al menos va a suceder. Esta percepción de seguridad que tenemos de nuestras carreteras, calles, plazoletas y parques se la debemos en gran medida a la luz que funciona como por arte de magia, cada vez que pasamos del atardecer el alumbrado público despierta, y podemos de esta manera continuar con lo que tenemos en mente, nuestro entorno sigue siendo útil pues esas lucecitas están ahí, a veces ni nos percatamos de ellas, simplemente damos por hecho que ahí estarán mañana.
Solo imaginemos por un momento esos instantes en los que hemos estado en la calle ante un apagón de energía en la noche, ¿qué pasa por nuestra mente? ¿qué pasa con el espacio público?
Es tan importante para el ser humano la iluminación que hemos intentado recrear las condiciones diurnas, nuestra necesidad de seguridad exige que ese alumbrado público se encuentre disponible a cualquier hora nocturna, así no lo usemos. Por tanto, pensamos que las calles de uso común deberían tener luz, a tal punto llegó esta idea que se convirtió en ordenanza pública, y como obligación, los ayuntamientos optaron por usar las tecnologías de iluminación que tenían a la mano para suplir la necesidad del espacio público.
Es aquí donde hemos visto como las noches han cambiado de color, como hemos pasado de la antorcha a la vela de cebo; de la lámpara de aceite y gas a la lámpara de arco; del gran desarrollo de la bombilla de filamento a la bombilla fluorescente de baja presión; …y en este punto cambió todo, con el uso de las bombillas de alta intensidad de descarga (HID) arrancamos esta historia…
Empecemos entonces revisando un poco sobre la temperatura de color correlacionada (TCC) y la capacidad de representar los colores en relación a una fuente de luz referente, de las fuentes de luz artificial que nos han acompañado durante estos últimos años.
Para esto tomaremos como base el memorando técnico ANSI/IES TM-30 el cual es un método de medidas y gráficos relacionados que se pueden usar en conjunto para evaluar la interpretación del color de la fuente de luz. Esta metodología de cálculo puede utilizarse a la hora de tomar decisiones, como encontrar la fuente de luz preferida para una aplicación determinada o evaluar un adecuado equilibrio entre eficacia (lm/W) y representación de color.
IES TM-30 calcula la TCC a partir del espectro de luz de la fuente bajo prueba y la compara con un iluminante de referencia, esto quiere decir que:
- Si la fuente de luz es ≤ 4500 K se podría decir que es cálida y por tanto se compara con el iluminante que representa la radiación de cuerpo negro.
- Por otro lado, si la fuente de luz es ≥ 5500 K se podría decir que es fría y por tanto se compara con el iluminante de la luz diurna.
- Ahora bien, si la fuente de luz se encuentra entre es los 4500 K y los 5500 K se podría decir que es neutra y por tanto se compara con una combinación de iluminantes proporcional a la radiación de cuerpo negro y la luz diurna.
Por lo general, dicen que… en climas cálidos los ciudadanos prefieren una apariencia de color fría, mientras que en climas fríos prefieren una apariencia de color más cálida. ¿será cierto?
Pues bien, a diferencia del método CRI (CIE 13.3-1995) de medida de cualidades cromáticas determinado por la CIE, el cual entrega un indicador simple y poco concreto denominado Ra cuyo valor máximo puede ser 100, pueden existir fuentes con diferentes espectros de luz, pero igual Ra; el método TM-30-18 determinado por la IES muestra ahora dos indicadores:
Índice de fidelidad (Rf) es una medida numérica que describe la fidelidad del color, contempla la similitud de los colores representados por la fuente de prueba comparados con el iluminante de referencia. Su valor se encuentra entre 0 a 100. Se podría decir que este indicador es análogo al CIE Ra.
Índice de gamma (Rg) es una medida numérica que caracterizar el nivel de saturación promedio de la fuente de luz bajo prueba en comparación con el iluminante de referencia. Una puntuación neutra es 100, valores superiores a 100 indican un aumento global en la saturación y valores inferiores a 100 indican una disminución general en la saturación. Este índice no tiene un valor máximo, sin embargo, el rango en valores disminuye a medida que aumenta el índice de fidelidad.
Conociendo ya la métrica de la metodología IES TM-30, veamos entonces cómo ha evolucionado el espectro cromático de las fuentes de luz artificial que hemos utilizado en nuestras ciudades con el trascurrir de estos años:
(El comparativo hace uso de un espectro de luz específico para cada tecnología)
Tecnología HPM (High-Pressure Mercury)
Rf ≈ 39
Rg ≈ 88
TCC (K) ≈ 4200
CIE Ra ≈ 51
Tecnología HPS (High-Pressure Sodium)
Rf ≈ 39
Rg ≈ 63
TCC (K) ≈ 2000
CIE Ra ≈ 24
Tecnología CMH (Ceramic Metal Halide)
Rf ≈ 79
Rg ≈ 99
TCC (K) ≈ 3100
CIE Ra ≈ 82
Tecnología LED (Light-Emitting Diode) NW
Rf ≈ 80
Rg ≈ 98
TCC (K) ≈ 4000
CIE Ra ≈ 84
Como ven, cromáticamente empeoramos las condiciones cuando pasamos de HPM a HPS pensando solo en disminuir la factura de energía del servicio público; después decidimos en aquel entonces por razones aducidas a los altos costos de la tecnología LED, cambiar la bombilla de tecnología de HPS por la bombilla de CMH, acción que indudablemente representó un cambio favorable en las condiciones cromáticas, a tal punto que el ciudadano celebró dicha decisión y exige como ideal una ciudad iluminada con la famosa «luz blanca», a esta exigencia ningún ayuntamiento puede dar marcha atrá.
Sin embargo, esta «modernización» no representó ninguna disminución en el consumo energético, por lo que hoy en día, dado que es económicamente rentable, se está prefiriendo realizar la transición de HPS por LED sin pasar por CMH, lo que nos lleva a condiciones cromáticas casi igual de buenas de las que se obtienen con CMH .
En efecto, el cambio realizado a través del tiempo ha obedecido exclusivamente a políticas de ahorro de energía, el deseo de un mayor flujo luminosos a una menor potencia eléctrica hizo que quizá nos olvidáramos de las condiciones cromáticas, error que no podemos volver a cometer.
Por ahora debemos tener presente el escenario en el que nos encontramos hoy en día:
Es hora de poner los ojos en el exterior e ir pensando en planes de iluminación pública, definir necesidades y determinar qué espacios requieren una mayor fidelidad de color.
…nos queda como tarea exigir en el próximo cambio tecnológico una verdadera evolución cromática orientada a un plan maestro de iluminación; nuestras noches en el espacio público lo merecen.
Fuente:
– IES TM-30-18 IES Method for Evaluating Light Source Color Rendition
– CIE 15-2004 Colorimetry
– CIE 013.3-1995 Method of measuring and specifying colour rendering properties of light sources
[…] Quizá una mejor forma de medir la apariencia de color de la luz puede ser la determinada por la IES mediante el memorando técnico ANSI/IES TM-30, el cual explicamos en LA EVOLUCIÓN CROMÁTICA DE LAS NOCHES PÚBLICAS. […]