EL-BLANCO-IMPOSIBLE

LOS COLORES IMPOSIBLES DE LA LUZ BLANCA

Toda historia tiene un inicio interesante, la del color podríamos decir que empezó con los estudios de Thomas Young relacionados con la capacidad fisiológica del ojo para interpretar el color, y las posteriores concepciones empíricas de teoría de color y percepción visual propuestas en el siglo XIX por Hermann von Helmholtz y Ewald Konstantin Hering, los cuales plantearon ideas que sirvieron para entender hoy en día nuestro sistema visual como un circuito de control, donde interactúan las frecuencias espectrales de luz con nuestras células fotorreceptoras, enviando una señal filtrada que interpreta nuestro cerebro y nos hace sentir el color.

Por cierto, este par rivalizaron hasta el final en contradecir las hipótesis del otro… por fortuna al final ambos tenia algo de razón.

Pero entonces… ¿Qué es el color?

Prácticamente es una percepción visual que depende de la distribución espectral de la fuente de luz, del tamaño, forma, estructura y entorno del área que estamos observando, del estado de adaptación fisiológico de nuestros ojos, que nos hace sentir longitudes de onda que interactúan al interior de nuestro cerebro, y que por razón de nuestras experiencias y memorias de situaciones similares, interpretamos como contextos cromáticos comúnmente aceptados en nuestro diario vivir.

«Recuerdo toda esa cantidad de plastilina y botes de pintura que dejé sin usar, por culpa de su apariencia sin entender qué sucedía, una mezcla marrón como resultado de querer tener todos los colores a la vez; esa falta de control generó en mi un particular apego a la monocromía, la hoja de papel blanca y la tinta negra era suficientes; sin embargo, la ilusión por el color volvió años después cuando al mezclar varias luces el resultado era distinto, y más aún cuando al sumarlas obtenía luz blanca.»

-Mauro.

Nos acostumbramos en nuestra infancia a jugar con pigmentos, pero no a divertirnos con la luz.

A lo visible podríamos nombrarlo por color, particularmente son longitudes de onda que percibimos de cierta manera dentro de nuestro espectro visible, desde los 380nm a los 780nm, pero de aquí en adelante no hablaremos más en nanómetros, y empezaremos a darle nombres particulares al color de luz.

Podemos entonces concebir el color perceptible de la luz por tres componentes básicas, luz roja (conos L), luz verde (conos M) y luz azul (conos S), la mezcla de un par de ellas dará como resultado luz cian, luz magenta o luz amarilla; cuando estas tres componentes van en dirección del observador percibimos luz blanca, la “pureza” de esa luz blanca estaría dada por la intensidad de cada componente de color.

Sin embargo, pareciera que no es posible sentir algo diferente a la luz blanca justo cuando las tres componentes básicas de luz (R+V+A) están incidiendo en igual proporción sobre la percepción visual, sería algo así como imposible sentir colores de luz cianrojizos, magentaverdosos o amarilloazulados.

Hagamos dos cosas con esta imagen:

  1. Mira por un minuto esta imagen en su totalidad, después observa una superficie blanca , podrás percibir los colores oponentes.
  2. Vuelve a mirar la imagen, trata ahora de unir la cruz central de cada pareja de colores, podrás percibir los colores «imposibles».

¿Qué pasa cuando hacemos incidir luz azul con luz amarilla?

No percibimos luz verde, puesto que el verde es una de las componentes principales de luz y ya fue activado junto con el rojo para sentir el amarillo, de hecho, la razón de no poder percibir este tipo de color amarillo-azulado se da por la activación proporcional de nuestros conos S, M y L.

Cuando componemos la luz amarilla y azul lo que obtenemos es una luz blanca, de igual manera sucede con el rojo-cian y el verde-magenta. Esto se explica de una forma fácil haciendo uso de Diagrama de Cromaticidad CIE (x,y) 1931 2°, basta con tomar dos puntos de color de luz del diagrama y unirlos por una línea imaginaria, el punto central será entonces la percepción visible del color de luz.

Tal como mencionamos en LAS ELIPSES DEL DR. MACADAM, la luz blanca la interpretamos-sentimos como blanco-amarillenta (cálida), blanco-azulada (fría), y variantes en tonos blanco-rosáceos o blanco-verdosos; esto considerando también la Ley de Planck, es lo que conocemos como temperatura de color (correlacionada) de una fuente de luz.

Es curioso uno de los fenómenos de percepción de color, el de adaptación cromática, ocurre porque nuestras células fotorreceptoras, particularmente los conos de longitud corta (S), media (M) y larga (L) tienen un control de sensibilidad independiente. Esto genera que el proceso de sentir un color particular de un objeto se conserve, aunque se varíe la fuente de luz blanca. Por ejemplo, para nosotros el rojo seguirá siendo rojo, aunque cambiemos la temperatura de color del iluminante.

Por tanto, esta adaptación cromática nos lleva a condicionar la forma de ver, tanto así que ignoramos al iluminante; una capacidad que tenemos como seres humanos en aprender como observadores, e interpretar el color de un elemento por la sensación cromática deseada en función de la experiencia y la comprensión que se tiene sobre ese elemento, sobre la iluminación que le incide y su entorno visual.

Esa capacidad cognitiva del observador para substraer el iluminante cuando percibe objetos que tienen una apariencia de color esperada, ya sea por la memoria o el contexto en su alrededor, genera una duda en la métrica para definir qué tan precisa puede ser una fuente de luz blanca en reproducir el color al compararla con otra fuente de luz; esto pasa con la metodología (CRI) para medir y especificar la reproducción de color de una fuente de luz, ya que no considera dentro del cálculo los recuerdos y el aprendizaje del observador.

Quizá una mejor forma de medir la apariencia de color de la luz puede ser la determinada por la IES mediante el memorando técnico ANSI/IES TM-30, el cual explicamos en LA EVOLUCIÓN CROMÁTICA DE LAS NOCHES PÚBLICAS.

«Así es, mi ilusión por el color ha vuelto, aunque casi todo es luz blanca, al final entendí que estamos adaptados a iluminar nuestros espacios con luz cian-rojiza, magenta-verdosa y amarilla-azulada, colores imposibles que todos los días estamos percibiendo.»

-Mauro.

Fuentes:
– Origins of Neuroscience: A History of Explorations Into Brain Function, Oxford University Press (2001)
– Fisiología de la luz, Carlos Acuña, Revista Ciencia – Academia Mexicana de Ciencias (2003)
– http://eilv.cie.co.at/term/140, CIE | International Commission on Illumination (2020)
– http://eilv.cie.co.at/term/198, CIE | International Commission on Illumination, (2020)
– Illuminating Engineering Society, The Lighting Handbook, 10th Edition (2011)

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