Hoy, 01 de abril de 2020, se cumplen 10 años desde que entró en vigencia el Reglamento Técnico de Iluminación y Alumbrado Público – RETILAP en Colombia, nada mejor que conmemorar un documento que, sin importar las diferencias, nos reúne como equipo con un propósito común, la luz.
En esta mesa de celebración donde cabemos todos, nos podemos sentar los usuarios, diseñadores, academia, gobierno, inspectores, fabricantes y proveedores, dispuestos a partir una torta de cumpleaños que alcanza para mucho.
Celebramos en medio de una de las mayores crisis de la historia, la pandemia por coronavirus COVID-19, la cual nos ha permitido hacer una pausa en nuestro camino para considerar que, si queremos continuar… debemos pre(parar)nos.
Claro, hay cosas que corregir, pero son muchas más las razones por agradecer a este documento, que nos ha tenido ocupados pensando en soluciones de iluminación tanto de características privadas como de iniciativas públicas.
No obstante, este reglamento que siempre da de que hablar en cada reunión, ha logrado poner en orden al País en materia de iluminación.
Tan solo imaginen si no existiera…
Pero, ¿cómo ha venido evolucionando el reglamento en estos 10 años?, pues bien, desde que entró en vigencia en 2010 ha tenido seis modificaciones mediante resoluciones sobre temas puntuales, así mismo, se ha intentado actualizar en su totalidad mediante varias reuniones de presentación de propuestas en MinEnergía, sin embargo no se ha podido llegar a un nuevo documento; al día de hoy todavía esperamos la versión definitiva, significativamente actualizada.
Es una de las reglamentaciones a nivel regional (Latam) que incorpora tanto teoría de iluminación como metodologías de aplicación, es decir, establece las exigencias que se deberán cumplir y explica cómo poder cumplirlas. Por el contenido del documento, este ha generado expertos en dictarlo, tanto así, que en algunas academias lo han utilizado para orientar sus programas de luminotecnia y algunas empresas como guía de formación.
RETILAP ha sido de amores y desamores, lo hemos usado a favor y lo han usado en nuestra contra, ha servido como instrumento de objetividad, pero también se ha prestado para interpretaciones.
Hace falta un sistema que evite la subjetividad en la evaluación de la conformidad con el reglamento, no puede ser que para un mismo producto y hasta una misma instalación, por la interpretación, se lleguen a requerir diferentes parámetros.
Por tanto, un sistema imparcial de evaluación debería estar orientado a los actores objeto de la reglamentación:
- Personas (profesionales competentes)
- Sistemas (Instalaciones)
- Productos (Bienes y servicios)
Aquí es donde el diseño de iluminación adquiere su máxima responsabilidad, proyectando la luz en función de cumplir las necesidades de la instalación, orientando el diseño al usuario final.
Igualmente, se debe evitar asumir que la competencia profesional en iluminación se adquiere por el simple hecho de tener una profesión particular. Solo por dar un ejemplo, no en todas las facultades de ingeniería y arquitectura dictan iluminación, conocemos colegas que no tienen idea a que hace referencia las unidades [cd] y [W].
Es deber de un profesional formarse en el tema para ser competente en la materia.
Por tanto, para demostrar la conformidad con el RETILAP, no deberían mezclar competencias objeto de otros reglamentos técnicos en Colombia, como lo son RETIE (Instalaciones Eléctricas), RETIQ (Etiquetado) y RETSIT (Instalaciones Térmicas).
Como toda buena fiesta, esta llega a su final, (por ahora)… y así, nuestra celebración por este décimo aniversario del reglamento técnico de iluminación, nos deja muchas experiencias y retos a futuro, y hablamos por todos cuando manifestamos que esperamos con ilusión la actualización del RETILAP.
De nuestra parte, nos sentimos satisfechos por todo lo que hemos logrado juntos en esta década, falta camino por recorrer, pero estamos seguros que seguiremos aportando al RETILAP desde el diseño, la investigación y la experiencia.
No es un documento cualquiera, es nuestro Reglamento y por tanto, tenemos el reto de construirlo entre todos.